En Chile, la mitilicultura representa la segunda industria acuícola más importante, la cual se concentra en casi un 100% en la Región de los Lagos, generando un monto superior a los 90.000 millones de pesos durante el año 2012; sin embargo, llama poderosamente la atención, el contraste que existe entre las enormes sumas de dinero que ella reporta y que, de ningún modo se condicen con la escasa, a veces nula, responsabilidad socioambiental empresarial.
FIRMA Y APOYA LA CAMPAÑA CONTRA LA PLUMAVIT EN CHILOÉ
Esta producción, desde sus comienzos y hasta la actualidad, ha utilizado para la flotabilidad de sus cuelgas boyas de poliestireno expandido (PLUMAVIT), aún cuando, desde el año 2001, existe un artículo en el Reglamento Ambiental para la Acuicultura, el cual establece que dichas unidades no deben permitir “ningún tipo de desprendimiento de los materiales que lo componen”. A pesar de la existencia de este reglamento, hace 14 años, hoy en día seguimos observando desechos de plumavit que flotan a la deriva, llegando hasta las costas de nuestro archipiélago donde quedan depositados, acontecimiento que, claramente, vulnera el derecho constitucional a vivir en un medioambiente libre de contaminación, evidenciando la nula voluntad de la industria acuícola por cumplir la normativa, y del Estado, por velar su cumplimiento.
Hoy, es posible ver cómo el paisaje del borde costero de Chiloé ahogó sus fértiles costas, áreas de recreación familiar, zonas de trabajo y turismo, además de los sitios de nidificación y alimentación de aves, con plumavit y basura de aquellos que lucran con este mar, y sin embargo no se hacen cargo de los impactos ambientales que generan sus actividades.
Ante este desalentador panorama, donde se evidencia la inacción de empresarios y algunos órganos del Estado, a pesar de intentos locales por mitigar los impactos negativos de esta actividad económica, los esfuerzos se desvanecen ante la magnitud del problema.
Dado lo anteriormente expuesto, como ciudadanos de esta región costera insular, cuya dignidad debe ser respetada, consideramos que llegó el momento de terminar con las incesantes mesas y gestiones infructíferas, que no han logrado en absoluto, acabar con el impresentable escenario de nuestras costas. Porque tener nuestro mar y playa limpios es un DERECHO y no UN FAVOR, exigimos a las autoridades competentes y a los empresarios acuícolas que en el plazo de un año (enero a diciembre de 2015) se cumpla lo siguiente:
1.- Que los empresarios acuícolas hagan retiro de todos flotadores de plumavit u otros elementos afines compuestos de plumavit del MAR de Chiloé, según lo establecido en el Reglamento Ambiental de Acuicultura, desde hace ya 14 años, cumpliendo en el plazo indicado con la sustitución de la totalidad de ellos por boyas de plástico.
2.- Que las autoridades competentes exijan a quienes trabajan en el sector acuícola, ya sean estos pequeñas, medianas o grandes empresas, el diseño de un plan para dar destino fuera del mar y del borde costero a los flotadores y desechos derivados de la industria acuícola, ya sean redes, cuerdas u otros elementos contaminantes, que llegan hasta el litoral del Archipiélago de Chiloé.
3.- Que los empresarios acuícolas ejecuten un plan para dar destino fuera del mar y del borde costero a sus desechos, cuyo plazo de ejecución deberá finalizar en diciembre de 2015, fecha para la cual, el borde costero debe estar libre de contaminación ocasionada por desechos derivados de la industria acuícola.
4.- Que los empresarios acuícolas y las autoridades no usen a la comunidad en limpiezas de playas para la remoción de desechos industriales, que son responsabilidad de las empresas acuícolas que trabajan en el Archipiélago de Chiloé.
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