La brecha de género en la educación superior sigue siendo muy marcada en las denominadas carreras STEM. Según cifras de Fundación por una Carrera, el 77,43% de los estudiantes matriculados en estas áreas son hombres.
En contraste con décadas pasadas en Chile, donde se observaban diferencias significativas en el acceso a la educación superior según el género, las estadísticas actuales muestran que esta brecha ha disminuido considerablemente y es prácticamente inexistente. Sin embargo, persisten diferencias importantes en las elecciones de carrera entre estudiantes, un fenómeno conocido como «sesgos de género en la elección vocacional».
Esto se hace particularmente evidente en las carreras STEM, campos de estudio y trabajo que se centran en disciplinas relacionadas con la ciencia y la tecnología, incluyendo la ingeniería y las matemáticas. Estas áreas abarcan una amplia gama de actividades, desde la investigación científica hasta el desarrollo de tecnología, pasando por el diseño y la resolución de problemas complejos en informática, salud, energía y medio ambiente.
Las cifras son elocuentes. Según Fundación por una Carrera, organización que desde 2008 orienta y acompaña a jóvenes en temáticas de orientación vocacional y en su proceso de postulación a becas y beneficios para la Educación Superior, el 77,43% de los estudiantes matriculados este 2024 en carreras STEM son hombres y sólo el 22,57% son mujeres.
Para Valentina Gran, directora ejecutiva de la fundación, «hace años que se evidencia una disparidad significativa en la matrícula entre hombres y mujeres en estas áreas del conocimiento. Según datos oficiales, únicamente tres de cada diez estudiantes inscritos en carreras STEM son mujeres, lo que refleja una marcada brecha de género en este campo educativo y laboral. Si bien hay una mejora en el último año, las cifras siguen siendo malas».
Acortar la brecha
Diversos estudios sugieren que las mujeres tienden a orientarse hacia áreas como educación, salud o servicios sociales, posiblemente debido a las percepciones sociales asociadas al género femenino. Por otro lado, los hombres tienden a enfocarse más en áreas científicas, matemáticas o técnicas, influidos por las expectativas sociales en esos campos.
Gran apunta a que el incremento de la participación de las mujeres en carreras STEM «conlleva varios beneficios que promueven una mayor equidad de género, como la competitividad salarial. Las mujeres que optan por estudiar este tipo de carreras experimentan ingresos significativamente mayores. En particular, se observa un incremento salarial promedio del 42% durante el segundo año tras su graduación en comparación con aquellas que han estudiado carreras relacionadas con educación básica y parvularia».
Según datos proporcionados por ONU Mujeres, un aumento significativo en la participación de mujeres en carreras STEM tendría un impacto directo en el Producto Interno Bruto (PIB) mundial. Se estima que para el año 2025, el PIB global podría aumentar hasta un 26% si las mujeres participaran en la economía de los países de manera equiparable a los hombres en términos de representación y contribución.
«Es verdad que hubo una mejora en las estadísticas este 2024. Estos números no son simplemente el resultado de una tendencia espontánea, sino que reflejan el resultado de un esfuerzo concertado por parte de diversas instituciones de educación superior, autoridades de gobierno y organizaciones de la sociedad civil», asegura Valentina Gran.
A fines de abril, Fundación por una Carrera lanzó el programa «Mujeres Estrellas», con el objetivo específico de fomentar la participación de más mujeres en carreras STEM. El proyecto busca contribuir a la reducción del sesgo de género en la elección de carreras y promover la igualdad de oportunidades en el ámbito educativo y laboral.
«Este programa, financiado por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, brinda una gran oportunidad para trabajar con estudiantes y docentes de dos colegios de la Red SIP. Buscamos motivar a las estudiantes a reflexionar sobre los sesgos de género en la elección de carrera, comprendiendo las brechas existentes y estimulándolas a estudiar carreras STEM mediante referentes femeninos y actividades didácticas. Estas iniciativas pueden replicarse en otros establecimientos, ayudando a cerrar la brecha de género», explicó Gran.