19 - octubre - 2024

Fallas geológicas y potenciales sismos: ¿Qué tan peligrosas son?

La comunidad geocientífica de Chile se reunió en un primer simposio para reflexionar en torno a este objeto de estudio y ahondar en la investigación de las diferentes fallas geológicas que existen en el territorio nacional. 


Sistemáticamente se han estudiado las fallas geológicas, las cuales son fracturas en grandes bloques de rocas de la Tierra y han sido foco de atención tanto para investigadores nacionales como extranjeros. Uno de ellos es Gabriel González, investigador principal de CIGIDEN y académico del Departamento de Geología de la Universidad Católica del Norte, quien lidera el proyecto Fondecyt 1200170 “Active faults or weakness zones in the northern chile forearc? Understanding the competition between subduction earthquake cycle and upper plate fault reactivation in subduction zones”.

Existen investigaciones que tienen como objetivo “comprender su significado tectónico y, más recientemente, evaluar el grado de amenaza que este tipo de fallas representa para la sociedad”, recalca el científico. De hecho, el 27 de septiembre se realizó el Primer Simposio de Fallas Activas y sus Riesgo Geológicos que reunió a cientos de investigadores e investigadoras para compartir sus trabajos.

En cuanto a esta instancia, el investigador principal de CIGIDEN destaca que “este tipo de reuniones científicas son claves para evaluar el estado del arte en relación al tema de fallas activas y poder establecer alcances que puedan ser relevantes para el estudio fundado del riesgo sísmico”.

 

¿Son las fallas más peligrosas? 

Hasta el momento, y desde que se tienen registros instrumentales, “no son más de ocho a nueve casos bien documentados” de sismos producidos en las fallas tectónicas en el territorio nacional. «Los registros son desde la década del cuarenta del siglo pasado hasta el presente” explica González. Estos casos, son registros de actividad sísmica con magnitud de momento (medida que usan los científicos para calcular cuánta energía libera un terremoto) superior a 6.0 de los cuales “el más destructivo fue la crisis sísmica de Aysén en el año 2007 y el más significativo, en términos de la magnitud de 7.5, fue el ocurrido en Magallanes en el año 1949”.

Profundizar en el estudio de estas fallas tectónicas, aportarían a la primera fase de la Gestión del Riesgo de Desastres, ya que se podría determinar el grado de la amenaza “y los lineamientos fundamentales para evaluación del riesgo, así poder establecer la gobernanza del riesgo de desastres en torno al tema”.

Según el experto “hay una conceptualización general del significado que este tipo de estructuras podría representar para la caracterización de la amenaza sísmica. Sin embargo, las fallas activas requieren de un estudio caso a caso para no caer en generalizaciones que sean inapropiadas o inadecuadas en su significado en términos del riesgo sísmico”.

De hecho, la comunidad científica propone hacer un catálogo de fallas activas, o potencialmente activas, basado en estudios integrados desde la geología, sismología y geotecnia para así avanzar en  tener un apronte más sistémico de la investigación en torno a este tipo de estructuras geológicas y, así, aportar a la reducción del riesgo de desastres.

A la pregunta “¿Son los terremotos de fallas más peligrosos? Por la rapidez que puede provocar un tsunami”, Gabriel González indica que en la observación de las fallas, se da cuenta que  algunos casos, “como en Palu Indonesia, la activación de una falla generó un tsunami cuasi instantáneo y el mismo sismo de Aysén generó un tsunami por desprendimiento de ladera que mató a 10 personas”.

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