Teatro: Entrevista a Omar Pérez Santiago por su obra ‘Te Rogamus. Papa Francisco escúchanos’
Quinto Poder. 13 de diciembre, 2017
El 16 de enero, mismo día en que el Papa Francisco llegará a Chile, se entrena la obra «Te Rogamus. Papa Francisco escúchanos» del escritor Omar Pérez Santiago. Detrás de esta dimensión cultural de la visita del Papa está la compañía de teatro Perro Viejo, bajo la dirección de Claudio Orellana, en el teatro del Centro Cultural de San Joaquín. Con la actuación de Juan Tropa y Francisco Llanquihuen, la iluminación de Ricardo Yañez, la música original de Isabel Zuñiga y el maquillaje fosforecente de Diego Astorga.
El Apóstol Santiago, como superhéroe pop aparece en Isla Negra, y camina sobre el agua. Viene desde el olimpo a aclarar ciertas cosas conspirativas de su pasado en América Latina. Y allí se interpela al Papa Pop Francisco, un latinoamericano que enfrenta la realidad desde la periferia.
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Omar Pérez Santiago
Omar Pérez Santiago es escritor chileno, nacido en 1953. Es traductor y autor de libros de narrativa de imaginación o literatura fantástica donde aparecen espectros y fantasmas de personajes históricos como en la novela Allende, el retorno y en Nefilim en Alhúe. Amante también de las historietas, hace unas décadas fue uno de los creadores del parque del comic en San Miguel, donde está Condorito, Pepe Antártico, Mampato y Ogú. Hablamos con él sobre la obra de teatro próxima al estreno, Te Rogamus. Papa Francisco escúchanos y la visita del Papa Francisco a La Araucanía.
¿DE QUÉ TRATA LA OBRA “TE ROGAMUS. PAPA FRANCISCO”?
El Apóstol Santiago, el hermano de Jesús, se aparece en unas rocas de Isla Negra. Aparece tal como surgen los superhéroes pop de Stan Lee o de Marvel. El apóstol camina sobre las aguas tal como le enseñó Jesús, como un real superhéroe, un poco más allá de donde se encuentra la tumba del poeta Pablo Neruda. Se le aparece a un amargo escritor de apellido Santiago. Es el Apóstol más barbudo que el escritor en su delirio jamás haya visto.
¿ESE ESCRITOR SE APELLIDA COMO TÚ, SANTIAGO, ES TU ALTER EGO?
Puede ser yo. Aunque, un escritor derrotado es un tópico sobre el destino o es el peligro potencial o es el barranco recurrente de muchos escritores. El destino les oficia diversos caminos a los escritores. A algunos les da honra y fortuna, a otros, la mayoría, su parte de dolores. Este escritor lo ha pasado canutas y siente profundo e instintivo disgusto con lo que le tocó vivir. El escritor fracasado sabe que el lenguaje es intrínsecamente difícil para transmitir la riqueza o la confusión del mundo y del alma humana. Lanza un mensaje en una botella a un mar y no sabe dónde llegará y a quién si acaso llega.
¿ESTE PERSONAJE ES UN TÓPICO O MODELO DEL FRACASO?
Sí. O bien, es el escritor que de tanto escribir lamentos y de aumentar el pesimismo de sus personajes, ha minusvalorado su propia felicidad. Es muy parecido al escritor fracasado, que describía el escritor argentino Roberto Arlt: lo que le espera al escritor fracasado como todo premio es un sepulcro profundo y una nada infinita.
Súmele sus pecados y su insolvencia moral que lo llevan a una crisis y a un desdoblamiento. Mientras el escritor está derrotado una noche en Isla Negra, frente al Océano Pacífico, cerca de la tumba de Neruda, aparece entonces el Apóstol Santiago. Es una especie de superhéroe pop que le gusta caminar sobre el agua, que dice ser su hermano, pero que más parece ser su sombra, su otro yo, su socias o su doppelgänger.
¿ES EL APOSTOL SANTIAGO, EL HERMANO DE JESÚS?
O es su Preexistente, el Apóstol más barbudo que jamás haya visto, vestido austero con atuendos grises. Un superhéroe low fashion.
¿SE HABLAN DE SANTIAGO A SANTIAGO?
De Santiago a Santiago. Insinúa el Apóstol Santiago, con ese humor melancólico que lo hace encantador, que trae las enseñanzas secretas que una noche en Jerusalén le enseñó Jesús, como transmisión del fuego. Dicen que esas enseñanzas secretas consisten en mostrarnos la tierra. En mostrarnos quienes somos. ¿A qué vendría si no el Apóstol y su cerrada barba a Isla Negra?
¿EL VIEJO TEMA DEL OTRO?
Sí, o también llamado La Aparición del Preexistente, un antiguo y bello artificio de la literatura clásica. Está en Narciso y su Eco. En El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, o en el otro de Borges; el otro, su alter ego que se le parece y que se pone a silbar mientras Borges está sentado frente al río Charles.
Inicialmente, bajo una tendencia subyacente mística, la comparecencia del Apóstol Santiago frente al escritor derrotado parece ser el enfrentamiento entre dos formas de ver las cosas. Parecen muy distintos. Pero, al final, parecen uno. Eso sí, ambos son sinceros y son pesados y discutidores como borrachines. O sinceros y discutidores como si fuesen calvinistas.
Uno es taciturno, como cara de luna, el apóstol; huraño como gato de vieja, el otro, el escritor.
¿SON COMO DOS HOMBRE TRISTES QUE SE BATEN A DUELO?
Sí. Los duelistas hablan como dos hermanos al nivel de barra de bar, donde se expresa claramente la bobada, el exabrupto, lo insustancial; digamos: el insulto.
La aparición del Apóstol Santiago genera desconcierto y horror en el escritor fracasado y le responde enojado:
“En América, la imagen del Apóstol Santiago cumplió un rol nefasto.”
Esto no es, de ningún modo, blasfemo. Es la verdad histórica. El Apóstol Santiago fue llamado un Mataindios, según la versión de los codiciosos colonizadores españoles, buscadores de oro y plata.
Pero, sorprendentemente, ahora el apóstol Santiago de Isla Negra, saca su argumento más sólido:
“Nunca he estado antes en América Latina.”
Sostiene el apóstol que todo eso fue un invento de los colonizadores, que él nunca estuvo en América, ni menos a favor de la matanza de aztecas, mayas, incas o mapuches.
Sostiene Santiago que él es un representante del Jesús, cuyo ideal por todos conocidos es la paz, no la guerra.
ES DECIR, ¿DE ALGÚN MODO EL APÓSTOL SANTIAGO TAMBIÉN APARECE EN ISLA NEGRA PARA REINVINDICARSE?
Exacto. Eso es lógico. No hay peor cosa que moleste más que tener mala imagen. A nadie le gusta ser la Yoko Ono, a quienes todos le echan la culpa de la separación de Los Beatles. El Apóstol Santiago de Isla Negra, o su espectro, sostiene que está chato de la historia mitificada de los españoles, donde aparece él como sanguinario.
Ese es el núcleo de la historia. Y es aquí donde entra el Papa Francisco
¿EN QUÉ SENTIDO?
Bueno… El Apóstol Santiago pudo haber llamado por teléfono móvil a Francisco. Je. Y le pudo decir, “mira, Francisco, que yo estoy apestado de ser Mataindios.” Pero, al parecer el apóstol quiere hacer milagros mediante la intermediación de un pecador o un derrotado poco manso, un escritor agrio.
El Papa Francisco es central, aunque subyacente. Por una razón obvia. Francisco es el presente, es latinoamericano. Son asuntos conspiratativos que también se barajan silenciosamente dentro de la jerarquía eclesiástica, en las reuniones cardenalicias. O en la renovación de los cuadros de la iglesia a nivel mundial.
Francisco es una noticia hecha, tal como les gusta a los periodistas perezosos. Francisco está de moda. Francisco es Pop.
Es obvio que un papa latinoamericano, argentino, borgiano, nos entiende mejor a los latinoamericanos.
Tampoco es casualidad que Jorge Mario Bergoglio tomara el nombre de San Francisco de Asís. Cuando el padre Jorge Bergoglio iba a visitar una villa miseria en Buenos Aires, aprovechaba el trayecto en el Colectivo para leer la biografía de San Francisco de Asís de G. K. Chesterton.
¡Qué fácil se le hacía evadirse leyendo la biografía de San Francisco de Asís!
Según Chesterton, San Francisco de Asís fue un anticipo de todo lo que hay de más liberal y simpático en el temperamento moderno: el amor a la Naturaleza, el amor a los animales, el sentido de la compasión social y el de los peligros espirituales de la prosperidad y aun de la propiedad misma.
CIUDADES COIMERAS Y ENERGÚMENOS CONSPIRATIVOS
El Papa Francisco sabe que Latinoamérica sufre hoy la peor pesadilla con la corrupción. “Ciudades coimeras”, ha dicho el Papa. La debilidad de las instituciones.
Las nuevas generaciones han visto mejorar sus condiciones materiales, sí.
Pero en la sociedad hay una fisura, hay monopolios y hay resistencia al cambio. Hay demasiada desigualdad. No hay suficiente meritocracia. Demasiados apitutados e hijos de papá sin talento. También la libertad sufre con eso.