Las mujeres defensoras de la naturaleza y los derechos humanos son especialmente vulnerables a la represión estatal y persecución empresarial, por lo que es fundamental reconocer y fortalecer su trabajo, garantizando su seguridad y promoviendo su liderazgo en la lucha por la justicia ambiental.
Declaración Pública
Centro Ecoceanos, Chile
8 de marzo, 2025
En el Día Internacional de la Mujer alzamos nuestras voces en un contexto de crecientes amenazas para los derechos políticos y sociales a nivel global. Ello es consecuencia del reforzamiento y profundización del destructivo e inequitativo modelo neoliberal, así como la transferencia de los costos de la actual crisis económica hacia amplios sectores de la población, a lo cual se suma al aumento de la represión y militarización de los territorios en conflicto socioambiental.
Este escenario pavimenta el camino para los avances de la ultraderecha y el accionar persecutorio y de criminalización empresarial de las defensoras de la naturaleza y de los derechos humanos, quienes desempeñan un papel crucial en la resistencia contra las políticas ecocidas, la creación de «zonas de sacrificio» donde se implementa la actual ofensiva extractivista y su correlato de devastación y degradación de los cuerpos-territorios.
Una de las consignas de este 8M es ¿Dónde está Julia Chuñil Catricura?, defensora mapuche del bosque nativo, adulta mayor de 72 años, quien cumple hoy cuatro meses desaparecida en medio de una inactividad y silencio cómplice del Estado chileno. En Julia se concentran todas las violencias del sistema patriarcal dominante: discriminación, racismo, clasismo y colonialismo.
Las organizaciones sociales y ambientales han alertado sobre los repetidos allanamientos efectuados por las policías al hogar de la familia, así como las filtraciones judiciales parciales hacia los medios, en medio de un secreto investigativo, lo cual apunta a configurar un montaje para encubrir a los verdaderos responsables de su desaparición. Esto sucede teniendo como contrapunto el hecho que el poderoso empresario forestal que ha sido señalado como principal sospechoso de su desaparición es un intocable y por consiguiente libre de la acción policial.
Desde el 2024, las multigremiales empresariales, lideradas por la industria salmonera, han incrementado una agresiva campaña político comunicacional con el objetivo de intimidar, deslegitimar y silenciar a quienes defienden el medio ambiente y los derechos de sus comunidades frente a los actuales proyectos de expansión territorial de estas corporaciones. Tal estrategia de amedrentamiento cuenta con la participación de legisladores de derecha y de la coalición gobernante, quienes impulsan desde el Parlamento con una serie de iniciativas legislativas, como un proyecto de ley (boletín 15643-06), que intenta controlar y limitar el funcionamiento de las organizaciones ciudadanas sin fines de lucro, críticas del destructivo modelo extractivista exportador neoliberal.
Las mujeres defensoras de la naturaleza y los derechos humanos son especialmente vulnerables a esta represión estatal y persecución empresarial. Por ello es fundamental reconocer y fortalecer su trabajo, garantizando su seguridad y promoviendo su liderazgo en la lucha por la justicia ambiental.
Hoy, recordamos con dolor a quienes ya no están debido a la violencia empresarial y la complicidad estatal. Ejemplos de lo anterior son los casos de Sara Levancini, quien fue encontrada muerta el 09 de noviembre del 2023 en la comunidad Altos Playa Amarilla de Coloso, al sur de Antofagasta, tras el cumplimiento del plazo decretado por la justicia para su desalojo del terreno «perteneciente» a la minera Escondida (BHP). Sara había transformado un sitio eriazo en un auténtico bosque, mediante la realización de una completa reforestación.
El 16 de febrero de 2021, Emilia Bau, activista transfeminista y defensora de la lucha mapuche, fue asesinada a los 25 años en el Lago Desagüe Riñiwe, Panguipulli, en el contexto de una recuperación territorial en las cercanías del condominio Riñimapu.
En noviembre de 2021, la defensora ambiental Javiera Rojas fue hallada en una casa abandonada en Calama, con las manos y pies atados. Javiera era reconocida por su lucha contra la construcción del embalse La Tranca, en la localidad El Durazno, en el Valle Cogoti, región de Coquimbo.
Macarena Valdés, dirigente social de 32 años, quien se oponía al proyecto hidroeléctrico de la compañía austriaca RP Global, fue encontrada sin vida, suspendida de una viga en su hogar, el 22 de agosto de 2016, en la zona precordillerana de Panguipulli, región de Los Ríos.
Nicolasa Quintremán, activista pehuenche de la comunidad de Ralco Lepoy, fue hallada el 24 de diciembre de 2013 flotando en las turbias aguas del embalse artificial de la represa Ralco de Endesa contra el cual luchó junto a su hermana Berta para evitar su construcción.
Este 8M hacemos una llamado a la unidad y solidaridad para una resistencia colectiva que proteja no solo los territorios en conflicto, sino también a quienes los defienden. Las mujeres han estado históricamente en la primera línea de la resistencia para la defensa de la naturaleza, sus territorios y comunidades, alimentando a los pueblos para construir sociedades de paz con justicia social.
Hoy marchamos por nuestros derechos, por las que ya no están, por las que continúan luchando y por aquellas que vendrán.
¡Juntas luchamos colectivamente por vidas dignas, libres de violencia patriarcal, capitalista y colonial!
¡Defendamos a quienes nos protegen del abuso y la destrucción ambiental!
¡A denunciar y detener las leyes que se elaboran en el Parlamento contra las defensoras de la Naturaleza!