09 - noviembre - 2024

Sucedió lo impensable: Barcelona también puede perder una final

Santiago de Chile, 21 de Abril 2011. (Radio del Mar. Gustavo Yarroch para Agencias). En una final apasionante, Real Madrid puso en crisis la hegemonía del Barcelona en cuanto a resultados, o al menos alteró por una vez el orden de las cosas en el fútbol español. El equipo dirigido por José Mourinho logró lo que parecía poco menos que imposible: ganarle una final al conjunto que mejor juega en el mundo. Se quedó con la Copa del Rey después de 18 años con un golazo en el que tuvo participación directa un argentino: Angel Di María, autor del gran centro que Cristiano Ronaldo conectó con un cabezazo todavía mejor, sosteniéndose en el aire en una instantánea que quedará en la memoria de unos y otros: para el regocijo de los 20 mil hinchas del Real y para sufrimiento de los 20 mil del Barça.

Fue una final cardíaca y memorable, en la que los dos se mordieron los labios durante los 120 minutos y en la que los momentos de fútbol más vistoso y seductor fueron propiedad del Barcelona en el segundo tiempo.

Después de un primer tiempo en el que Real Madrid lo maniató tácticamente obstruyéndole su circuito futbolístico a pura presión, Barcelona se pareció mucho más al que suele ser en la etapa final. Y en esos segundos 45 minutos regaló algunos ratos de fútbol para coleccionar, con toques de primera, rotación, pases filtrados, paredes, gambetas y un respeto reverencial por la pelota. En fin, algo así como un manual de estilo al que le faltó el gol.

Sostenido por la jerarquía de Casillas en el arco, Real Madrid logró salir indemne de ese acoso ofensivo al que lo sometió Barcelona y cuando tuvo su gran chance la aprovechó como aprovechan los equipos campeones ciertos momentos propicios de los partidos.

El triunfo de Real Madrid cobra mayor relevancia si se repara en algo más que su logro copero. En el primer tiempo consiguió lo que ningún otro equipo en la era Guardiola: que Barcelona no pateara al arco. Lo transformó al Barça en un conjunto terrenal, pasible de ser dominado tácticamente e incluso superado en el juego.

A partir de un descomunal esfuerzo físico, apretó a Barcelona en todos los sectores de la cancha y lo agobió futbolística y mentalmente. Porque en ese primer tiempo, Xavi, Busquets, Iniesta y Messi se sintieron tan incómodos que de a ratos hasta pareció que sufrieron el partido.

Pero lo de Real Madrid no se redujo a desnaturalizar el juego del Barsa: con un fútbol más intimidador y agresivo que el del sábado, cuando igualaron 1 a 1 por la Liga, también supo lastimar en ataque. Javier Mascherano, improvisado nuevamente como primer marcador central ante la lesión de Puyol, salvó sobre la línea una entrada de Cristiano Ronaldo. Pinto le atajó un remate al portugués. Y, en la más clara de todas, el palo derecho devolvió un cabezazo de Pepe tras un centro del alemán Ozil.

El cansancio de Real Madrid, el hecho de que Messi se tirara hacia la derecha en vez de jugar tanto por el centro, y el despertar de Xavi e Iniesta influyeron para que Barcelona lo dominara en el segundo tiempo. Casillas se lució ante Pedro, Messi e Iniesta para sostener el cero. Sobre el cierre de los 90 reglamentarios, Di María casi le da la victoria al Real Madrid sin necesidad de ir al alargue.

En el alargue, el nuevo campeón no perdonó y se quedó con la Copa. Así como deleita y gana casi siempre, el mejor equipo del mundo también puede perder una final.*****FIN*****

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