28 - noviembre - 2024

A seis meses de las elecciones, nada parece impedir la reelección de Cristina Fernández en Argentina

Santiago de Chile, 23 Abril 2011. (Radio del Mar. Hernán Reyes Alcarde para Agencias). A casi seis meses de las elecciones presidenciales del 23 de octubre, y si bien la presidenta argentina Cristina Fernández aún no confirmó si irá por un segundo mandato, el panorama la muestra cada día más afianzada en el primer lugar de los sondeos y con cada vez menos candidatos a disputarle la Presidencia en una oposición fragmentada.

Hoy las encuestas la muestran primera, cómoda, superando el 45% necesario para ganar en primera vuelta (la otra cláusula exige un 40% y diez de diferencia), y con una distancia de entre 20 y 25 puntos sobre sus competidores más cercanos. Esta sensación de victoria anticipada está llevando a que semana a semana varios precandidatos de la oposición vayan retirando sus candidaturas y que el gran debate que los cruza sea si juntarse o no en un frente anti-K para las presidenciales.

En ese contexto, por ejemplo, el último número del Indice de Confianza en el gobierno que elabora la Universidad Torcuato Di Tella (cercana al diario opositor La Nación) mostró una suba del 11 % en relación al índice registrado en febrero de 2011. En términos interanuales, el ICG subió un 81% con respecto al registrado en marzo de 2010.

La presidenta aún no tomó la decisión de postularse para un nuevo período, pero todas las señales políticas que vienen dando ella y su gabinete apuntan en esa dirección. «No creo que no se presente. Está tomando decisiones como alguien que se quiere quedar. Está pidiendo ideas a sus ministros para los dos primeros años del próximo período», explica el consultor Carlos Fara. «No tengo ninguna hipótesis de que no sea candidata», agrega su colega Ricardo Rouvier, de trato diario con la rosada. A esta altura no hay ministro o funcionario que planifique su año haciendo campaña lejos de Cristina.

Pero si en el oficialismo reinan los aires triunfalistas, en los búnkeres opositores son más las dudas que las certezas. El jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri (Pro, derecha) repite ante cada micrófono que quiere ser presidente, pero no crece en las encuestas y teme quedarse sin el pan y sin la torta si va a la pelea nacional y sus dos probables sucesores porteños (Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti) siguen sin medir lo suficiente como para asegurarle el triunfo en la ciudad a su fuerza política. Su entorno lo presiona a reelegir, conscientes de que el riesgo de perderlo todo (gobiernan un solo distrito) es muy grande, pero él ya avisó que la decisión definitiva la tomará en la primera quincena de mayo. Su asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba es quien encabeza el grupo que le muestra las encuestas en donde aparece más de 25 puntos debajo de Cristina y lo tientan con reelegir.

La disputa de Macri por el electorado de derecha será con el ex presidente Eduardo Duhalde, quien sueña con erigirse como el representante de los sectores empresarios enfrentados con el gobierno y los sectores del peronismo que no comulgan con la renovación kirchnerista. Pero todo indica que en octubre habrá lugar para uno solo de ellos y que se decidirá por las encuestas.

En el resto de las fuerzas políticas, por ahora, sólo los diputados Ricardo Alfonsín (UCR, centro) y Elisa Carrió (Coalición Cívica, centroderecha) han oficializado sus candidaturas, por lo menos para las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto, donde los partidos deberán dirimir sus candidatos.

Alfonsín dio un salto importante en la opinión pública tras la muerte de su padre en marzo de 2009, tiene el apoyo de la estructura partidaria detrás, y tiene pocos rivales en el espectro de la centroizquierda, pero no supera, por ahora, el 15% de intención de voto. Su estrategia será polarizar con el gobierno e ir corriéndose de a poco hacia un discurso menos progresista para tratar de entrar a un hoy lejano balotaje. Su reciente encuentro con Mario Vargas Llosa confirmó esa tendencia. De seguir adelante con su candidatura, como se espera, seguramente tenderá lazos con el socialismo y otros grupos afines que, sin un armado nacional de fuste, deberán acompañar al radicalismo en un frente con el que ir a la caza del electorado no peronista. El gobernador de Santa Fe, Hermes Banner, referente del Partido Socialista, es quien hoy por hoy tiene en ese armado más chances de secundarlo en la fórmula.

Carrió, en cambio, bajó mucho en las encuestas tras la muerte de Kirchner el pasado 27 de octubre, en parte porque había hecho de los ataques a la figura del ex presidente el eje de su campaña, y otro tanto por el cambio de clima social que comenzó a revalorar la gestión K y acompañar masivamente a la presidenta. En el entorno de Carrió, ante este panorama, ya no descartan sumarse a algún frente opositor que bien podría marcar el regreso de su líder a las filas radicales o tratar de confluir con algunos sectores peronistas.

En la izquierda clásica, en tanto, siguen lamentando la fuga de votos hacia un kirchnerismo que, con las últimas medidas (ampliación de beneficios a jubilados, mayor participación estatal en empresas claves de la economía, mejoras en los índices macro y microeconómicos) ha ganado aún mayor aceptación de sectores que le reclamaban una mayor profundización de ese tipo de políticas. El núcleo duro de la izquierda no pasa hoy el 3% a nivel nacional, y la alternativa del sector es confluir en torno al ex cineasta Pino Solanas y su partido Proyecto Sur, aunque ni siquiera éste ha ratificado aún su candidatura presidencial.

El consultor Julio Aurelio, titular de Aresco, traduce en cifras el análisis previo. «Hace un año Cristina pasó los 40 puntos. La última medición, que se realizó entre el 5 y 7 de abril, de una muestra muy importante, en donde la perspectiva de Cristina Kirchner sigue creciendo. En esta oportunidad ella tiene 43.6% de preferencia como candidata sin proyectar el voto en blanco, indecisos, el no sabe, etcétera. Proyectando estos números está en 49.9%. En esta oportunidad, a diferencia de las muestras anteriores, el que le sigue es Eduardo Duhalde, con 14.2% de porcentajes proyectados. Tercero Mauricio Macri con 12.7% y cuarto Ricardo Alfonsín con 9.6%. Por último aparece Elisa Carrió con 6.6%», explica el encuestador cercano a Macri.

Para Fara, el escenario también sigue mostrando en primer lugar a la presidenta: «Nosotros tenemos a Cristina en capital y Gran Buenos Aires en marzo con 46 % de intención de voto. Con eso gana en primera vuelta por el momento, y no veo fácil que se caiga en el corto plazo, aunque hay que esperar a que se definan las alianzas opositoras».

Para Rouvier, Cristina «sigue ganando en primera vuelta porque tiene más de 40% y lleva más de diez puntos de ventaja. Algunas agencias tienen diversos porcentajes, pero hay consenso entre todas que está ganando en primera vuelta, la situación desarticulada de la oposición la favorece. Lo más significativo en las mediciones no es tanto la proporción de votos que tiene ella sino el bajo caudal electoral de la oposición».

«A río revuelto ganancia de pescadores», dice el dicho y el kirchnerismo se robustece por méritos propios y desencuentros ajenos. Explica Fara: «no creo que haya menos de tres opciones opositoras importantes. Una nucleada con el radicalismo, otra nucleada con Proyecto Sur, y una tercera con Duhalde y Macri, ya todo eso se le debe sumar Carrió por las suyas. Pero más allá de la fragmentación, que obviamente la debilita, el tema es que la oposición no tiene un relato alternativo al del gobierno. Por lo tanto, sólo comentan las cosas que el gobierno hace, y eso imposibilita que se conviertan en protagonistas. Lo más probable es que los próximos dos meses, cuando se inscriben candidaturas, estén discutiendo entre ellos cómo se posicionan, y eso les quitará energía para pensar en el gobierno», agrega Fara.

«Las posibilidades de alianzas de las fuerzas opositoras están a la vista más como un intento que como una realidad. En este esquema se fortalece la posibilidad de un acuerdo de Alfonsín con Binner como la opción opositora más seria. En el caso de Macri es posible que tambalee su propia candidatura nacional y opte por bajarse a la ciudad ­sostiene Rouvier para explicar cómo la falta de definiciones y luchas de egos opositores termina jugándoles en contra, y remata­ en la oposición ya existe la sensación de derrota en octubre, pero no lo hacen público».*****FIN*****

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