“David Lagercrantz cree que somos unos completos idiotas”, ha escritor el redactor literario del influyente diario danés Politiken, Jes Stein Pedersens.
La editorial Norstedt, que publica el libro de David Lagercrantz como la continuación de la saga Millenium, promovió entrevistas a Lagercrantz durante los últimos meses. Pero los periodistas, según protocolo, no podían leer el libro, tampoco podían mencionar el anterior libro de Lagercrantz sobre el futbolista sueco Zlatan, «Jag ar Zlatan». Normalmente, las redacciones culturales no solicitan entrevistas con los autores sin antes haber leído el libro, una medida muy sensata, pues no quieren convertirse en parte del marketing de la editorial.
También han boicoteado la campaña publicitaria de la editorial Norstedts los diarios nacionales suecos Aftonbladet y Sydsvenskan.
Unas horas antes de que el libro se vendiera en librerías, Lagercrantz fue entrevistado por la televisión sueca. David Lagercrantz se mostró como un típico neurótico que no quiso tomar su responsabilidad sobre cómo se han hecho las cosas.
RESEÑAS
Por otra parte, la primera crítica al libro es negativa.
«Yo creo que es un error», ha escrito el periodista Tim Anderssen y considera que el aura Millenium se ha oscurecido, en esta publicación..
«I think this is a mistake. Lagercrantz has given us quite an intriguing story, in a language more straight forward than Larsson’s. But the aura from the Millennium world fades away. A more innovative path would have been to underline the exaggerated and cartoonish features of the series. This is standard crime.»
El nuevo «Millenium» es una pálida copia sin futuro, ha titulado Jens Liljestrand en el diario sueco Expressen de hoy jueves. La reseña añade que hay desilusión por el libro:
«Hecho de menos en cada página el talento bruto de Larsson, su carne y su sangre, su violencia, moralismo, su visión liberal del sexo y sobre todo su fascinación por el mal, en combinación con algo que yo llamaría, a falta de un mejor concepto, como socialismo ilustrado, un fuego político que es imposible de copiar aún para un enérgico y versátil como Lagercrantz.
Patrick Andersson del Washintong Post ha resumido su opinión de la siguiente manera: «Es en partes interesante, pero en general la historia no concuerda y es irritante. No se dejen engañar. Eva Gabrielsson tenía razón, Stieg Larsson merece algo mejor».
